¿Es tan raro que los escritores profesionales ganen premios?

11 marzo 2010

Me resulta curioso que tanta gente se sorprenda (e incluso se indigne) porque los escritores profesionales ganan premios literarios. Me resulta muy curioso, porque en cambio, nadie se extraña de que el Roland Garros lo gane Nadal o de que el Óscar al mejor actor se lo lleve Bardem.

No resulta fácil competir con ellos debido a que llevan mucho tiempo haciendo su trabajo, conocen bien los fundamentos de lo que hacen y los manejan con maestría. Y por tanto, lo que hacen lo hacen muy bien (casi siempre).

Ahora, eso sí, es importante no olvidar que los escritores (como los tenistas o los actores) que hoy son profesionales, no lo han sido siempre. Y que solo con mucho trabajo y mucha perseverancia han conseguido estar donde están. Es muy facilón pensar que «seguro que conocen a alguien» o que «algo»  les ha facilitado la tarea. Que no.

Que abrirse camino es igual de difícil para todos, y a nadie (o a casi nadie) le regalan nada. Un ejemplo: una autora como Laura Gallego. Con más de veinte libros publicados y siendo una de las autoras más leídas en todo el mundo, resulta fácil olvidar que la primera novela que publicó fue el manuscrito con el que ganó el premio El Barco de Vapor. Y no solo eso, sino que antes había escrito otras trece  novelas (y seguro que más de una estuvo en algún concurso) sin recibir ningún premio. Laura, para entonces, ya era una escritora y ese título no se lo había regalado nadie: se lo había ganado ella a fuerza de seguir escribiendo incansablemente hasta conseguir su meta.

Podemos concretar un poco más.  ¿Es normal que un Jordi Sierra i Fabra haya ganado el premio El Barco de Vapor? ¿Es normal que una Care Santos lo ganara el año pasado? ¿O que Maite Carranza haya ganado el Edebé y Daniel Nesquens el Anaya?

Desde mi punto de vista, no tiene nada de extraño. ¿Que por qué? Pues porque todos ellos escriben muy bien, lo hacen desde hace mucho tiempo, se han peleado con cientos de páginas y con decenas de comienzos, han tirado a la basura mucho trabajo ya hecho, conocen técnicas para jugar con distintos puntos de vista en la narración,  saben cómo evitar que se vean las costuras de la historia…, entre otras muchas cosas. Y las novelas que presentaron a los respectivos concursos eran muy buenas.

Por otro lado, el hecho de que un escritor como Jordi haya tardado como poco, y que él recuerde, al menos ¡diez! convocatorias en conseguir ganar un premio El Barco de Vapor (de los demás autores no solemos conocer ese dato, pero Jordi tuvo la elegante humildad de comentarlo al recoger el premio) indica:

  • Primero: que los autores, por muy profesionales que sean, no siempre ganan los concursos a los que se presentan.
  • Y ssegundo: que, al menos «este» escritor profesional tiene mucha perseverancia y no se rinde.

Probablemente la perseverancia es también un rasgo de los escritores profesionales. Un escritor profesional como Jordi se presenta nueve veces a un concurso y no lo gana. ¿Y qué hace? Se presenta una décima vez.  Eso es un profesional.

47 respuestas to “¿Es tan raro que los escritores profesionales ganen premios?”

  1. Alba said

    Amén.
    Y ridículo que algunos se indignen, pero así es la vida y así es la gente 😦

  2. Isabel said

    Antes que nada decirte que tu blog es muy ilustrativo para todos los que nos interesa escribir. Respecto a lo que comentas, vengo precisamente del blog LIJ y me llevé la sorpresa del triunfo de Jordi I Serra, bueno yo no soy europea pero sé la figura que es en el terreno de las letras. Mi sorpresa no es que se lo haya ganado un profesional, sino que yo pensaba que el premio estaba destinado a autores «amateur». Yo creo que la molestia de muchos, es que se piensa que si ya es profesional (entiéndase que se ha ganado prestigio a base de su trabajo duro, también se entiende que vive de su oficio) no tendría «necesidad» de participar; y esa misma experiencia pone en desventaja total a los novatos. En todo caso, no creo que sea culpa del autor, ni de nadie realmente, sino que tal vez deberían existir categorías, pero bueno, supongo que un libro o es bueno o no lo es, lo haya escrito quien lo haya escrito.

    En cuanto al caso de Laura, yo respeto mucho su oficio, es admirable la cantidad de obras que tiene publicadas y ya no se diga escritas, pero me pregunto si la cantidad es sinónimo de calidad, porque he leído algunos libros suyos y me cuesta encontrar alguna evolución en su narrativa y sus personajes me parecen repetitivos y un tanto chocantes, pero en fin, espero no venga algún fan suyo a apalearme.

    Lo único que sé, y que tu dejas bien claro aquí, es que sólo hay algo por hacer: es escribir, escribir y escribir.

    Gracias por todos los consejos.

    • elsaaguiar said

      Isabel, el premio El Barco de Vapor está abierto a la participación de cualquiera, sea novato o profesional. Pero teniendo en cuenta que es uno de los más prestigiosos en España y en Hispanoamérica y el mejor dotado del mundo en su categoría, no es raro que muchos escritores quieran ganarlo, ¿no? Pero ni en las bases ni en ningún otro lugar se dice que sea para «amateurs». Existen otros premios en los que hay un límite de edad para participar, precisamente para facilitar la tarea a los que empiezan, pero desde luego, El Barco de Vapor no está en ese grupo. Y el jurado, lógicamente, tiene el encargo de premiar la que consideren (ellos, con todas las limitaciones y todas las subjetividades) la mejor novela. Y lo hacen sin saber en ningún momento quién ha escrito esa novela.

  3. Ikima said

    Seguiremos trabajando incansablemente para alcanzar su profesionalidad y, si puede ser, su nivel literario. Yo soy perserverante y no pienso rendirme aunque la puerta se me cierre en incontables ocasiones. Ya se abrirá. Un saludo.

  4. Alfonso said

    Me parece que tiene un poquito de engaño (aunque no malintencionado, sólo un engaño comercial) decir que los autores profesionales ganan los concursos sólo porque lo hacen mejor. Igual que me parece ingenuo decir que Javier Bardem gana el óscar sólo por ser el mejor actor. O igual que me parece falso que unas zapatillas de la marca Adidas sean necesariamente mejores que unas zapatillas fabricadas en la misma instalación y por el mismo proceso, pero sin marca. Todos conocemos (y los editores mejor que nadie) el valor del branding. Y el autor es el equivalente al brand en el mundo literario. Me parece normal que ganen autores conocidos, es una forma de apostar por un valor seguro. Pero no reconocer el valor del nombre del autor hace que sometáis a los autores no publicados a una valoración errónea de sus méritos y de sus posibilidades, y esto lo considero cruel y desconsiderado teniendo en cuenta el esfuerzo que realizan.
    Si el sistema de plicas funciona escrupulosamente y ningún miembro del jurado conoce la autoría de los textos, entonces hacéis bien en defenderlo a capa y espada. Pero mi conocimiento el mundo literario me indica que esto no es así en la mayoría de los casos.
    Por descontado que la mayor parte de los autores no publicados no escriben lo bastante bien para ser publicados. Que en ocasiones los premios descubren a autores desconocidos. Que los autores conocidos a menudo son muy buenos y merecen el premio. Y que la perseverancia puede llevarnos al éxito… o a la ruina nuestra y de nuestras familias. Pero no sometáis a los aspirantes a escritores al castigo injusto de considerarlos tratados con la misma atención que los autores conocidos, sólo por adjudicaros la medalla promocional de ser un concurso más limpio que el resto. No se lo merecen.
    (Naturalmente que, si habéis respetado escrupulosamente el sistema de plicas, mis opiniones no se aplican, y tenéis todo el derecho a defender el concurso.)

    • elsaaguiar said

      No sé cual es tu experiencia, Alfonso, pero puedes estar tranquilo: en estos premios se respeta escrupulosamente el anonimato, por eso se mantiene el sistema de plicas. Muchos años han ganado el premio autores desconocidos, como el año que ganó David Lozano o Marta Zafrilla, o autores poco o nada mediáticos en ese momento, como el año que ganó Andrea Ferrari, y probablemente ese año se habían presentado muchos autores conocidos (porque se presentan casi todos los años, como los desconocidos).
      Por otro lado, creo que no se puede decir que una editorial somete a un castigo a ningún escritor: es el propio escritor el que decide si se presenta o no a un premio, después de leer las bases y aceptarlas. Y como queda demostrado por el hecho de que muchos autores no conocidos lo hayan ganado, en la decisión acerca de quien gana no influye ni puede influir el nombre del autor, porque no se conoce.

      • Laura said

        Eso es bueno. En especial, porque no todos los premios parecen disfrutar de semejante prestigio de honestidad -los hay que dan mucho de qué hablar, en especial porque se da el caso de que el premio ha servido sólo de excusa y ya estaba otorgado, o porque realmente no se respeta el sistema de plicas-. En el caso de Barco de Vapor, dado que sí se respetan las bases en cuanto al anonimato de los autores, necesariamente ganará la mejor novela, decisión que estará guiada por criterios literarios y no personales. Eso es reconfortante, como dije antes.

  5. Begoña said

    Todo lo que has dicho es evidente. Y el camino es ese: no rendirse, porque si algo sobra son páginas en blanco que se dejen rellenar a nuestro gusto, y es un gusto rellenarlas. No hay que perder el tiempo en lamentos sino usarlo en nuestro favor. A todos nos gusta leer buenos libros, y estos no nacen por casualidad, alguien los ha escrito justamente así, tirando tanto como escribe o más, puliendo sus ideas y sus personajes hasta hacerlos cobrar vida propia y brillar. Creo que ese es el gran secreto trabajar, trabajar y trabajar.
    A mí en lo personal me encanta que el libro ganador se centre en la guerra civil porque es parte de nuestra historia, muchas personas perdieron la vida en ella y es algo que no debemos olvidar. Si además aprendemos algo como escritores mejor que mejor. Un buen autor siempre te enseña algo lo quiera o no, si le sigues a través de sus libros deja un rastro, del modo en que un barco deja estelas en el mar. Si lees y también escribes disfrutas dos veces, qué importan los premios cuando lo importante es dejar obra detrás.

  6. Teresa Cameselle said

    Pues qué mala suerte la mía, que se haya presentado diez veces, y precisamente haya venido a ganar el primer año que yo me presento. En fin, intento tomármelo a broma, porque la verdad es que tenía muchas ilusiones puestas en este premio y me está costando quitarme la decepción de encima.
    La paradoja es que yo misma escribí en mi blog hace poco una defensa sobre premios y jurados, muy similar a la que escribes tú ahora, en la que decía que comprendía que gane la profesionalidad ante los noveles poco preparados, por cierto, enlazando a este blog y tus consejos para quien se va a presentar a un premio.
    Enhorabuena de todos modos y de corazón al ganador, justo ganador, estoy segura.

  7. El Premio Barco de Vapor y el Gran Angular también está abierto a Latinoamérica, sin embargo, contadas veces Latinoamérica se ha llevado el Barco de Vapor y, si no me equivoco, El Gran Angular aun no se le ha otorgado a una obra Latinoamericana.

    Mi pregunta es: ¿De verdad hay posibilidades que una obra Latinoamericana pueda llevarse el premio? ¿Cuenta con alguna desventaja? No estoy segura, pero creo que los lectores y jurados son (por lo menos en su mayoría) españoles. Sabemos que hay una diferencia en el lenguaje y en el manejo del castellano (para nosotros en Latinoamérica, español). ¿Puede esa diferencia ser decisiva a la hora de seleccionar las obras finalistas? ¿Ha habido finalistas Latinoamericanos en los últimos años? Me parece difícil pensar que no haya autores Latinoamericanos que manden obras de calidad, acá también hay muy buenos escritores.

    Muchas preguntas, lo sé. Pero antes de irme quiero decir que me encanta tu blog; es una guía excelente.

    Saludos.

    • elsaaguiar said

      Hola, Paulina. En principio, todas las obras tienen las mismas posibilidades, desde el momento en que se presentan bajo plica. Es verdad que no hay tantas obras latinoamericanas premiadas (pero las hay, incluso en Gran Angular, con Mágico Sur, de Manuel Peña), y eso puede deberse a muchas razones: se presentan menos autores hispanoméricanos, quizá el uso del lenguaje inconscientemente echa atrás a los jurados, hay una lejanía mayor en los temas o los tratamientos… No lo sé, no es algo que pueda objetivarse y tampoco se hace un análisis posterior. Cada año, se presentan las novelas que se presentan y el jurado trata de elegir la que considera la mejor. No hay consignas de ningún tipo, no se piensa si es momento de que gane un español o un argentino o un autor que no ha publicado o uno que sí. Se leen las novelas y, con toda la subjetividad (dado que esa es imposible abandonarla), se intenta elegir una buena novela, que esté bien escrita, que funcione, que pueda gustar al público, que no sea demasiado parecida a las de años anteriores, que aporte algo, un plus de creatividad, de innovación… Y eso se hace, de verdad, de la mejor fe y sin tener en cuenta si la novela tiene rasgos de la lengua de un lugar o de otro.
      Contestando a tu pregunta, sí, ha habido finalistas hispanomericanos (que han asistido a la fiesta, como todos los finalistas) y se han publicado bastantes veces libros de autores hispanomericanos que fueron finalistas en los premios.
      Por último, quiero recordar que el premio El Barco de Vapor y Gran Angular en España está abierto a escritores de cualquier lugar del mundo, siempre y cuando escriban en español. Pero además, existen convocatorias en todos los países en los que está la editorial SM (podéis consultarlo aquí, sección empresas del grupo) restringidas a los escritores de esa nacionalidad.

      • Muchas gracias por responder a mis preguntas. Siempre pensé que tal vez las obras de autores latinoamericanos tenían cierta desventaja (aunque fuera inconsciente), debido al uso del lenguaje o, como tú mencionas, los temas y manejo de éstos. No obstante, no pongo en duda la limpieza del concurso ni la buena fe de los jueces y lectores de mismo. Espero que algún día una obra latinoamericana supere esas barreras y obtenga el triunfo para este lado del mundo una vez más (siempre y cuando sea la mejor historia entre las que se presentan, por supuesto). Mientras tanto, me atrevo a sugerir que tal vez en otras ediciones de los premios SM cuenten también con lectores latinoamericanos. Es sólo una recomendación, pero ante mis ojos (y me imagino que también ante los de otros autores hispanoamericanos) haría el concurso mucho más equitativo.

        Gracias por mencionar los premios SM de cada país en Latinoamérica, estoy enterada. Son un buen ejemplo de la calidad de las obras latinoamericanas y espero con ansia saber cuál será la obra ganadora este año en mi país, México.

        Saludos desde este lado del mundo.

  8. Rubén said

    Personalmente creo que este tipo de premios no se ganan sólo con una obra… me refiero que se ganan con todo el trabajo y experiencia que uno lleva detrás. Es normal que te codees con grandes autores. Pero, e insisto en esto, no hay que desilusionarse; hay que motivarse. Al fin y al cabo todos los que se presentan son escritores con posibilidades, lo que hay que hacer es aprender del trabajo realizado, ya sea propio o de un escritor aclamado.
    Un saludo, me encanta tu blog

  9. PSG said

    Lamento discrepar: conozco a gente cuyo trabajo es mejor que la media de lo que se publica; pero su obra no verá la luz nunca, perseveren lo que perseveren. Lo del sistema de plica me provoca una risa tal que solo se me podría cortar inhalando gas sarín. ¿Alguien se cree de verdad que no se conoce de verdad la identidad de los participantes más ilustres a priori? En este punto, Anagrama es más honrada: te gira una comunicación indicándote el título de tu obra y tu identidad (real y ficticia, de haberla); lo cual te sirve para proteger tu autoría frente a posibles plagios. Es de agradecer: ya que iban a abrir las plicas con antelación de todas las formas… Si El barco de Vapor respeta el anonimato, lo aplaudo; pero mi fe precisa en este punto de pruebas contundentes.

    Lo de que se leen todas las obras es falso, porque de ser cierto, entonces el jurado no tiene ni puñetera idea de literatura. Porque una obra se sabe si va a alguna parte con tan solo leer la primera página (inclusive el primer párrafo). Al menos, esa es mi experiencia: leo una página y me digo «aquí hay historia», y suelo acertar. De cada cien veces que me digo «aquí no hay historia», me equivoco dos, tres a lo más; lo sé porque tengo la obligación de seguir leyéndolas. Además, sería una locura que un jurado se leyera por completo todas las novelas que recibe, cientos a veces.

    • elsaaguiar said

      PSG, insisto una vez más: el sistema de plicas en El Barco de Vapor y Gran Angular se respeta y el jurado no conoce la identidad de ningún autor, más allá de las sospechas que cada uno tenga derivadas del estilo de la novela. Sobre tu falta de fe, como comprenderás, poco puedo hacer, excepto recordarte que la carga de la prueba recae sobre el que acusa 🙂
      También te voy a pedir que, si pretendes seguir haciendo este tipo de afirmaciones sobre el jurado, que son personas con nombre y apellidos, desveles tu identidad: este tipo de comentarios no está bien hacerlos desde el anonimato.

      Respecto a si se leen o no las novelas presentadas, te remito a esta entrada en este mismo blog. Por otro lado, no sé si es posible afirmar que “hay gente cuyo trabajo es mejor que la media de lo que se publica”, sin caer en una subjetividad enorme. ¿Mejor en qué sentido? ¿Para quién? ¿Desde qué punto de vista? Me parece muy complicado y creo que, al menos, debemos ser conscientes de lo subjetivo de tales afirmaciones.

  10. PSG said

    Bueno, Elsa, varias cosas:

    Yo entiendo que un foro en la red es como una conversación privada de salón virtual. Si, en casos como este, se puede imputar responsabilidades a una persona física por el hecho de decir algo que no pueda probar al cien por cien… Yo estoy en otros foros en los que, por las cosas que decimos, sencillamente, casi todos deberíamos estar en la cárcel o al menos habríamos pagado buenas sumas en concepto de multa. Y son razonablemente serios.

    En efecto, la carga de la prueba recae en quien acusa (con carácter general). Con todo, en mi anterior mensaje manifesté mi desconfianza hacia el sistema de plicas EN GENERAL. De hecho, puse esto del tenor literal: «Si El barco de Vapor respeta el anonimato, lo aplaudo; pero mi fe precisa en este punto de pruebas contundentes.» Por más que lo releo, no veo la acusación particular, como mucho, mi escepticismo.

    Como PSG, está mucho más cerca de conocer mi verdadera identidad que la de otros participantes que (salvo que se hayan registrado de forma más completa, y yo lo desconozca)solo ponen su nombre de pila. Lo cual me parece perfecto además.

    Usted es trabajadora del Grupo SM, y su palabra, en todo lo relacionado con los concursos Barco de Vapor y Gran Angular, vale más de lo normal, por cuanto informada de primera; pero no deja de ser una prueba testifical; la cual se entendería como interesada aunque solo fuera por razón de rango. En este tipo de espacios abiertos, entiendo que la indulgencia del moderador ha ser superior a la media; aunque solo sea por que, por lo común, conocen mejor el terreno que pisan.

    En cualquier caso, muchos son los concursos de campanillas que dicen ser por completo transparentes. Y no pocas las ocasiones en que luego han quedado más que probadas las sospechosas relaciones entre ganador y editor. Y le voy a poner un ejemplo, sin dar nombres, pero que usted de seguro conoce: hace dos veranos ganó un importante premio un escritor que se presentó con un seudónimo por el que ya era conocido en el mundo editorial. No diré más, para que no se me pueda decir nada. Si usted conoce el caso, sabrá a quién me refiero. Y le anticipo que no tiene en modo alguno que ver con SM.

    Pero lo de la limpieza o no de los concursos no es un tema que, en el fondo me preocupe demasiado; menos aun con los cambios que se avecinan en el panorama editorial.

    Sí me gustaría decirle una cosa con respecto a la subjetividad del gusto. En efecto, decir qué es bueno y qué es malo, en cuanto a calidad, es por completo subjetivo. Pero hay posiciones y posiciones. Cuando has escrito un manual de LIJ, para enseñar a pensar, y lo has completado con ejemplos de los últimos 40 años, de las editoriales más conocidas (por supuesto la suya entra), significa que has tenido que leer algo más que un rato. Si a eso le sumas que ya he tenido que valorar unos cuantos originales de autores noveles… Parece claro que mi subjetividad no desaparece por nada de esto; pero da la impresión de poseer un punto de vista algo informado. Y siempre puedo ser un pésimo escritor de teoría narrativa y un peor evaluador, por supuesto.

    Comenté también que para saber si una obra era buena o mala bastaba con leer la primera página en un alto porcentaje de las ocasiones. Y yo es casi, casi, la recomendación que daría a un jurado de un concurso. En la entrada a la cual me remite, se dice que en ocasiones basta con leer unas pocas páginas. Menos severo de lo que yo propongo, sin duda, pero no a un planeta de distancia. Muchnick, si no recuerdo mal, recomendaba leer la primera, la última y cualquiera del medio. Si el jurado del Barco de Vapor es algo más heroico, soy el primero en aplaudirlo. Pues denota una sensibilidad mayor.

    En cualquier caso, Elsa, me gustaría decirte dos cosas:

    La primera que los debates son más interesantes cuanto más comprometidas son las opiniones de los participantes. Cuando esto no es así, se corre el riesgo de crear círculos de acólitos. Antes vivíamos en una dictadura en la que las opiniones audaces corrían de salón en salón, en privado, sí, pero latiendo bajo la superficie; hoy, en una democracia judicial, en la que solo parece tener cabida el pensamiento único. Afortunadamente, aquellos tiempos no volverán. Pero estos de hoy no parecen tan maravillosos. Con perdón por el apunte histórico.

    La segunda: no tengo nada en contra de la Fundación Santa María, y menos aún en contra de la colección del Barco de Vapor. Os leo y os seguiré leyendo, gane quien gane los concursos. En particular y en lo que atañe a vuestra casa, mi serie favorita es la destinada a primeros lectores (la que yo llamo «la blanca»).

    Saludos.

  11. Mario said

    Has dicho la pura verdad. Un abrazo.

  12. Begoña said

    Me gustaría darle las gracias a PSG por sus comentarios porque ha apuntado muchísimos puntos interesantes a esta charla de salón y decir que yo comparto casi todo lo que ha dicho. Convivo con una lucha permanente entre mente y corazón, mi mente siempre me dice que todo es posible y mi corazón me dice que no, que hay caminos que siempre me estarán cerrados por muchas de las razones que él expone y con las que estoy plenamente de acuerdo. Sólo que mi corazón se empeña en latir y latir, demostrándome que ha de latir mucho más bajo o con muchas menos aspiraciones para conservarse en la exacta ebullición. He leído estos días un libro precioso titulado La mecánica del corazón que me ha hecho recuperar toda la fe en las editoriales, al menos en la Mondadori que lo editó en español; de modo que son los buenos libros, las buenas historias y las vitaminas que aportan a mi espíritu los que me hacen seguir escribiendo y queriendo buscarme un hueco. No el sistema en general, y seguiré participando en concursos con un poco de remordimiento del tiempo que dedico a escribir y me privo de disfrutar de los míos, y un poco de remordimiento también por gastarme el dinero en tinta, copias y envíos; justo por esto rebuscaré más aquellos que a priori ni sean tan importantes ni me queden tan lejos. Vamos que no voy a desfallecer porque sencillamente si no escribo me agobio de tal forma que no me soporto, luego tengo que escribir; así de simple es: como respirar para vivir.
    Y en todo lo que comparto con PSG está eso de que un debate se enriquece con las opiniones más controvertidas, por eso me cabe aquí una reflexión: creo que nunca me presentaré ni a Gran Angular de nuevo ni al premio Barco de vapor. Porque es inevitable esperar tantos meses el resultado que podría ser posible y de serlo cambiaría tanto mi vida, que de no serlo me deja peor. Eso no hay ni que dudarlo. Todos los caminos se deben empezar desde abajo, y por ahí voy a empezar. Lo que quiero es publicar, hacerme un hueco si pudiera ser posible _ muy difícil lo veo compitiendo con profesionales la verdad, por eso nunca me presento a premios de cocina_. Quiero que mis hijos literarios vean la luz, porque son míos, porque no son perfectos, y porque reflejan la vida que yo veo. La de una ama de casa a la que cuesta un completo triunfo llegar a fin de mes por esto de la crisis, pero que vive rodeada del mejor paisaje que uno pueda imaginar: el paisaje asturiano y en plena costa. Tal vez él me invita a escribir y a creer que todo es posible no lo sé. Lo que sé es que a través de internet tengo toda la información que preciso y si es posible mis sueños se cumplirán, y si no mis herederos me seguirán teniendo después de muerta para bien o para mal. Mi premio es aquello que yo valoro, éste no habrá quien me lo quite pues vive en el registro de la propiedad intelectual. Lo mismo que se heredan prados vacíos o casas derruidas los míos heredarán personajes e historias que me han hecho soñar, quizá hubiesen preferido que los quemase todos pero un valiente jamás reniega de los pasos que le han hecho crecer; ni reniega de sus sueños. Que Dios les pille confesados. Amén.

  13. Andrés Sobico said

    Como verán, pongo mi apellido, me sirve que para comentar con fundamento, y no caer en la tentación de ser tremendo.
    Aquí en Argentina, tenemos a Norma Huidobro, escritora multipremiada en muchos concursos internacionales…luego de participar durante 10 años sin recibir un solo premio (esto lo ha contado ella más de una vez). Eso ya es decir algo.
    El punto es que escribir expone, y presentarse a concurso expone el doble, y presentarse a concursos hiperprestigiosos expone el triple.
    Todo esto vale sólo si lo que uno escribe intenta ser genuino y no formulado; y creo que ahí viene el asunto de «lo profesional»: una obra de un escritor experto tiene lo genuino, lo emocional, lo social, lo político, lo personal (incluyendo sus propios demonios) y además posee, esa obra, una serie de andamios, fórmulas, estructuras pre-vistas que ayudan al lector a acercarse amigablemente a la obra (que no tiene porque ser de contenido amigable)

    y volviendo a exponerse, cuando uno se expone así..y pasa sin pena ni gloria por un concurso..bué, la mente trata de preservarse, a uno no le sobra ego pa andar dilapidandolo así..y la teoría conspirativa siempre está tan a mano, tan fácil de usar; mucho más que la autocrítica constructiva.

    un saludo desde buenos aires

  14. Begoña said

    Dejando a un lado las polémicas que no benefician a nadie me gustaría apuntar algo que a mí me gustaría ( en principio, aunque me imagino que según el resultado podría parecerme fiable o no. Los seres humanos somos así de extraños…)
    Que al igual que se publican las bases se publicase tras el fallo el número de novelas presentadas a concurso con sus títulos, sin falta de nombres seudónimos si no se quiere y una clasificación para saber en qué lugar ha quedado cada una.
    Pero bueno, no tengo ni idea del mundo editorial y sólo un editor podría saber si acaso no se hace porque el resultado aún desanima más a los principiantes. Que por supuesto es mi caso, de ahí que considero normal no haber ganado dicho sea de paso. En cualquier caso siempre soy ganadora cuando una editorial edita un libro que me encanta y espero, no cabría otra cosa, que sea el caso de este año. Reitero que el tema que ha ganado me hace confiar mucho en el concurso, porque no es lo normal y creo que sólo por eso ya es diferente.
    Y algo más que quiero apuntar, una escritora a quien admiro decía una vez que lo mismo cuando no se publica que cuando ya te has cansado de publicar tienes las mismas dudas frente a tu obra. Que en eso nunca avanzas y que hay algo importante para llegar donde quieres y es no dejar que nada ni nadie te desanime nunca. Estas palabras suyas me llegaron justo cuando las esperaba y de tan verdad las pienso seguir. Ella ha ganado muchos premios literarios y es porque tiene mucho ingenio y mucho talento, creo que en esto como en todo nadie regala nada. Es siempre una batalla en la que luchas sobre todo contra ti mismo y en la que sólo cabe ser el mejor, igual para llegar que para mantenerte. Y sinceramente a día de hoy sigo dudando de qué parte pudiera ser la más difícil.
    Podría seguir, pero quiero dejar espacio a más comentarios. Saludos y perdonad mi pesadez.

  15. PSG said

    Primero de todo, quisiera dar las gracias a Begoña por su valentía; de ordinario, casi nadie se atreve a revelar su interioridad, su sentir, ni una pequeña fracción de lo que ella lo ha hecho.

    Más allá de las sensaciones subjetivas o fundadas que nos deparen los concursos, hay una cosa que me parece evidente: parten de postulados muy mejorables. O al menos sería aconsejable una cierta unificación.

    Para empezar, hay bases que sugieren una mayor rectitud que otras. Entren si quieren en Google y tecleen «bases + Río Manzanares»; léanlas, se darán cuenta de lo que digo. Para continuar, hoy en día todo el mundo, ya se trate de persona física o jurídica, está en Internet.

    Esto significa que se pueden aportar garantías adicionales. Por ejemplo, el Concurso Internacional de Cuentos Max Aub saca en su página una relación de los relatos admitidos (lo cual importa, porque uno puede pensar que concursa y estar excluido por no cumplir las bases), así como la provincia de la cual procede cada uno. Y quien dice la provincia, dice el seudónimo. También, y no sé si esto sucede, debiera de estar disponible en PDF el acta del fallo, firmada ante notario, que contuviera todos los elementos exigidos en la plica, excepto los relacionados con una excesiva privacidad, como por ejemplo el DNI del autor.

    Con todo, yo sugeriría lo siguiente para un concurso como el del Barco de Vapor y muchos otros:

    Que los interesados envíen una sinopsis de no más de tres folios (doble espacio…) y las cinco primeras páginas del original. El jurado preseleccionaría a partir de esto, con mayor o menor elasticidad, según criterio. Se publicarían los títulos enviados en una página, junto con el seudónimo. Después, quedaría un plazo para que quienes lo deseen puedan solicitar la devolución del proyecto presentado, corriendo el participante con los gastos de envío. Asimismo, ya se habría advertido de que transcurrido dicho plazo se procedería a la rigurosa destrucción de los proyectos presentados. Los preseleccionados mandarían una copia de su obra. Y, con posterioridad, los finalistas las que requiriera el jurado.
    En todo caso, el acta final que se publicara en la página de la editorial recogería todo el proceso (tal y como hace la OEPLI respecto del premio Lazarillo en cualquiera de sus modalidades).

    ¿Qué se ganaría con esto si se tratara de un sistema extendido?

    Para empezar, las personas que nunca fueran preseleccionadas llegarían a la conclusión de que mil jurados no pueden estar ni corruptos ni equivocados. A no ser que posea un trastorno paranoide de la personalidad.

    También, los concursantes no se gastarían tanto dinero en un montón de copias encuadernadas. Y aquellos que fueran preseleccionados o finalistas podrían hacer un poco de currículum; que yo pienso que las obras se deben de defender solo con su prosa, y de una en una, sin que quepa vivir de las rentas. Pero ya sabemos como está el percal…

    Finalmente, la editorial demostraría una sensibilidad mayor hacia los aspirantes, también una transparencia que sugeriría más confianza y haría que la gente creyera menos en meigas.

    Saludos.

  16. Ikima said

    Begoña, lo que comentas de una clasificación de las obras después del concurso se trató bastante el año pasado en el blog que por encontes creó SM, el de los reporteros 2.0. Si no recuerdo mal, el problema para eso es que, además de que no se dispone de tal clasificación (más allá de los finalistas no creo que se pueda poner un numerito, a mi me parece un trabajo imposible), mucha gente quiere presentar la obra a otros concursos y con el mismo título, y no le hace gracia que se haga público. También había quien alegaba que le podían copiar el título al verlo en esa lista. Lo que sí hicieron en SM el año pasado fue habilitar una direccion de e-mail en la que te informaban de si tu obra había participado correctamente, pero en privado. A mí me confirmaron mi participación en BdV y me quedé tranquila; nunca sabes si realmente tu obra ha llegado, ha sido descalificada por incumplir algún punto de las bases…

    En cuanto a lo de ganar o no ganar un concurso, intento ponerme en la piel del jurado, siempre dejando de lado las susceptibilidades y los trapicheos, que los hay en muchos concursos, pero realmente no creo que sea el caso. Si yo me tuviese que enfrentar a la lectura de un montón de obras dentro de las cuales pueden gustarme muchísimo 10 o 20… debe ser complicado elegir únicamente una. Ya he dejado de pensar que por no ganar mi obra es malísima, pero tampoco pienso que no tenga nada que mejorar. Trabajo sobre ella tanto como puedo para quedar satisfecha. A partir de ahí me sale la vena científica y pienso que se trata de una cuestión probabilística: si envío 20 obras tengo más posibilidades de ganar que si mando 1. Creo que es cuestión de ser persistente hasta la «pesadez», por decirlo de algún modo. Yo creo que tú, por tus comentarios, tienes eso. Amas tanto escribir que la persistencia no es una opción sino el único camino. Lo conseguiremos 🙂

    • PSG said

      Ikima, me han gustado tus apreciaciones. Hay una cosa que nunca he llegado a comprender: por qué se requiere en ocasiones que la obra no haya sido presentada a ningún otro concurso pendiente de fallo. A mi entender, tal cláusula es abuso de Derecho, habida cuenta el desequilibrio de fuerzas entre una parte y la otra. Si todas las editoriales importantes la impusieran, entonces la gente solo se podría presentar a cuatro cosas en todo el año. Normalmente, dos fallos de dos editoriales no coinciden tanto en el tiempo. Y menos en LIJ, que la vía del concurso es una opción mucho más restringida que en prosa de adultos.

      Saludos

    • Begoña said

      La verdad que yo estoy bastante escéptica en eso de llegar a publicar pero en cuanto registro una obra se la envío a un editor que es siempre muy amable y me da un plazo de tres meses en el que puedo hacer con ella lo que quiera y si les interesa me avisan. Cosa que hasta el momento no fue pero bueno editan a escritores muy importantes y obras con mucho contenido. Me imagino que lo hago sólo por alcanzar el máximo nivel, pero como el envío es en formato word es muy simple. Sería más fácil copiarla, eso sí, pero no me gusta andarme con suspicacias; soy ama de casa, así que tampoco tengo porqué pensar que lo que cuento es tan importante. Que lo es, mis personajes, mis paisajes y mis historias son el resultado de todo lo que he vivido, he visto y he oído y mientras escribo reordeno el cajón de mis desastres; me reconcilia conmigo mismo y con la vida que ya es mucho.
      A concursos me presenté a muy pocos con ningún resultado pero un escritor en quien creo y a quien sigo y admiro me aseguró que ese es el único camino para un novel. Y que hay que enviar las obras a corregir para tener alguna posibilidad porque un autor nunca tiene perspectiva sobre su obra. Yo no las envío a corregir porque sólo me serviría para frustrarme más de no obtener resultados. Claro que de hacerlo igual tendría más posibilidades de llegar alguna vez, pero soy una persona con mucha suerte, mucha perseverancia y con mucha claridad a la hora de decidir lo que quiero. Digamos que lo mío con la publicación depende de mi instinto y de mi romanticismo, yo creo en el editor que ve un diamante en bruto y se arriesga a pulirlo. A mí me sirve con esto. Es más, es el único camino para mí; el único que me hace avanzar sin arrastrar a nadie conmigo. Escribo a todas horas, leo a todas horas; y ahora participo en blogs de escritores a tiempo real. Se me publica, luego el mensaje que quiero dar llega. Si les envío algún mensaje en privado me suelen contestar, de modo que aprendo, aprendo y disfruto. No se puede pedir más.

      • Begoña said

        Corrijo: Cuando registro una obra se la envío a un agente literario quería decir. Y me estoy planteando que edita a gentes muy importantes, por eso lo hago. Pero igual es apuntar a lo imposible…pero me gusta demasiado lo imposible por otro lado.

      • Ikima said

        Pues yo tengo una obra recién acabada en un cajón (todavía quiero dejarla enfriar antes de empezar a releerla, es demasiado importante para mí y no puedo mejorarla en caliente) y cuando haya hecho una primera corrección voy a enviarla a algún sitio. No sólo porque me gustaría que quedase lo mejor posible, sino porque creo que con una corrección puedo darme cuenta de fallos en los que, por inexperiencia, no había caído, y no volver a cometerlos más. Vamos, como una inversión de futuro. Claro que la mejor forma de escribir cada vez mejor es leyendo cada vez más. Las estructuras mentales se agarran a nuestra mente con la lectura y después se puede saber lo que está bien y lo que no casi por simple intuición.

      • Ikima said

        Perdón, al decir «voy a enviarla a algún sitio» parece que hablo de una editorial o concurso. Me refería a enviarla a algún servicio de corrección profesional.

  17. Santi said

    Hola Elsa,

    muy interesante e útil el blog. Tengo una pregunta por lo que respecta al concurso BdV. La editorial tiene el derecho preferente para publicar las obras presentadas si son de su interés, pero ¿Cúanto tiempo tiene la editorial para ejercer dicho derecho? Supongo que no soy el único que al no ganar desea mover el texto para intentar que sea publicado. Gracias y un saludo.

    • elsaaguiar said

      Hola, Rubén. Ya hemos hablado con los finalistas que nos interesa publicar (son cuatro entre EBV y GA) y ahora todavía hay cinco novelas más que nos podrían interesar pero que, desde nuestro punto de vista, necesitarían algunos arreglos. Justo estamos en proceso de rescatarlas, abrir plicas y hablar con los autores. Probablemente esté hecho antes de final de mes. Un abrazo.

  18. Laura Leibiker said

    Hola a todos,
    muy interesante el debate en torno a los premios literarios. En la Argentina, SM entrega EBV desde 2002, y los ganadores han sido algunos autores reconocidos y muchos otros inéditos. Siempre ha primado la calidad de la obra, y los sobres con los datos reales del autor se mantienen cerrados hasta la definición del jurado.
    ¿Que si se leen todas las obras que llegan? Sí, sí y sí. Hasta hace dos años, todas las obras se leían dentro de la editorial. Ahora, en vista de que llegan más de 350 originales, contratamos un equipo de lectores que adelantan el trabajo. Sin embargo, un porcentaje muy alto de las obras pasan por una segunda lectura.
    ¡Felicitaciones por el blog, querida Elsa!

  19. PSG said

    No sé Ikima, a mí una novela me puede llevar no una, sino treinta revisiones dejarla bien. No exagero cuando digo treinta. Recientemente he retocado piezas de otras personas, año y pico después, cuando ellos ya han pasado por ellas varias veces, después de dejarlas reposar no una vez, sino varias.

    No sé si es este el hilo en el que debiera ir el comentario siguiente, pero de momento lo hago: yo recomiendo hacer una pieza, dejarla descansar, retomar la primera, corregirla, volver sobre la segunda, si se puede esbozar una tercera, y finalmente ir de nuevo sobre las anteriores. Los escritores que dicen que escribir es un parto o no son escritores o lo que querían decir es que el parto son las revisiones, pulir el texto.

    Yo invierto un 30% del tiempo en inventar, tomar notas, estudiar y diseñar los elementos narrativos; el 70% restante se lo lleva pulir el texto. Escribir es un oficio como cualquier otro: la carga de trabajo no tan atractivo suele ser la mayor parte.

    Saludos.

  20. Begoña said

    Elsa, me alegra saber que hay cinco obras que podrían ver la luz, porque precisamente por esas obras que pudiesen interesar concursé, y quizá vuelva a concursar más años tanto al BDV como al GA. Me gustan los libros que suelen editar, aunque no sé si lo que podría enviar encaja…y creo que nadie lo sabría porque se busca evolución en la escritura también, lo cual hace que en principio nada sea descartable por sí mismo; en todo caso su baja calidad (diría yo).
    Y bueno, decir que yo hago lo que PGS, tengo diez obras que llevan quince años en un cajón. Hace poco volví a reescribir una, porque corregirla dada la evolución literaria en todos los sentidos, daba más trabajo que comenzar de nuevo. El tema es una enfermedad y una muerte. Cuando la escribí me centré en el dolor y la injusticia de esa pérdida. Al releer había sólo dolor y agonía. No era el mensaje pero no quería comenzar de nuevo.
    Este invierno la escribí de nuevo, ahora es juventud de veinte años y amistad. Quería que el lector vea lo que yo, una chica en plena juventud a la que se le junta el primer amor con una enfermedad muy cruda. Quería que la conociesen tal como yo la conocí y que junto a mí sufriera esa pérdida. Once años después me hundí en la tristeza. Llevo meses arrastrando ese dolor, pero también la esperanza de que algún día tras las correcciones que vuelvan a hacer falta vea la luz. Creo que un escritor intenta recuperar siempre lo perdido, y al menos en mi caso escribir tiene mucho de aprendizaje interior, de ir apuntalándose por dentro, ladrillo a ladrillo.

  21. andres sobico said

    La escritora argentina Ema Wolf suele decir , cuando le preguntan la tan consabida pregunta sobre qué es para ella escribir, ella responde «escribir es corregir»

  22. Raúl said

    ¡Qué blog más interesante!

    Me ha sorprendido encontrarme con varios concursantes de los premios bdv. Yo también presenté una obra. A los niños que la leyeron, mis conejillos de indias, le gustó mucho, lástima que no fueran miembros del jurado je,je.

    ¿Se hace un informe de lectura de todas las obras o solo de las finalistas? ¿Se ha habilitado un correo electrónico para saber si una obra concursó?

    Gracias a todos por vuestras interesantes opiniones.

  23. Hola Elsa: te quiero comentar tres cosas:
    1. Lo raro no es que Jordi Sierra i Fabra obtenga el premio Barco de Vapor. Eso no es nada extraño ni debe sorprendernos. Lo cuestionable desde un punto de vista ético es que Jordi Sierra i Fabra patrocine junto al Grupo SM un premio literario que lleva su nombre y, aún así, Jordi Sierra i Fabra no dude en presentarse al Barco de Vapor.
    2. Este año Daniel Nesquens ha obtenido el premio Anaya y Maite Carranza ha ganado el Edebé. Se trata de dos autores que casualmente han sido las apuestas recientes más fuertes sus respectivas editoriales.
    Sinceramente, no pongo en duda ni los caprichos del azar, ni la honestidad del sistema de plicas y dejo a un lado el hecho de que personalmente sería incapaz de presentarme a un galardón convocado por la editorial que apuesta con mucha fuerza por mí. Ahora bien, hace unos días me confesó un miembro del jurado de uno de estos premios que desde que leyó la primera página del manuscrito ya sabía quién se hallaba tras el seudónimo. En otras ocasiones, yo mismo he tenido esta experiencia. Así que dudo mucho que un lector profesional (como debe ser cualquiera que forme parte de un jurado de esas magnitudes) no sea capaz de identificar, si se lo propone, la prosa de Nesquens, Carranza i Gómez.
    3. Pero el motivo que me lleva a escribirte es otro. Cuando converso con editores de otros países europeos sobre el panorama español, les resulta extraño que las editoriales españolas convoquen premios literarios. Y no sólo porque las editoriales tienen un interés comercial que no necesariamente se conjuga bien con la calidad literaria, que a fin de cuentas ha de ser el objeto de un premio. Sino por el hecho mismo de que premiar un texto o ilustración ni es competencia de una editorial (por muy bienintencionada y casta que ésta sea) ni ésta está capacitada para desempeñar bien este trabajo.
    Más allá de señalar esta anomalía del sector editorial español ante el comportamiento editorial europeo, me interesa mucho saber cómo justificarías frente a un editor alemán, por poner el caso, por qué es vuestra competencia convocar premios y por qué estáis bien capacitadas para ello.
    Gracias, un abrazo,

    Gustavo Puerta Leisse
    http://www.robinsonessinisla.com

    • PSG said

      Interesante carta, Gustavo.

      No puedo decir mi fuente, porque es alguien conocido y le pongo en un compromiso; pero se trata de alguien que recomienda que NO nos presentemos a concursos de editoriales de cierto calibre porque, de algún modo, acaban siendo una forma de promocionar a gente de la casa.

      Desde luego, parece imposible que un miembro del jurado no conozca la prosa de un autor conocido por mucho seudónimo que utilice.

      Personalmente, creo que debería de haber dos categorías:

      Una para autores conocidos, que se presentarían con su nombre y apellidos reales; sin que por ello la editorial deba de identificarlos a todos públicamente. Con remuneración económica.

      Otra, para noveles, usando en este caso el sistema de plica. Sin remuneración económica adicional, tan solo contrato tipo de la casa. Ya que no estaría asegurado el nivel de ventas que cubriera el anticipo de derechos de autor.

      No sé quiénes integran los jurados. Pero una cosa es segura: la innovación artística siempre corre a cargo de los artistas. Recuerdo un antiguo vídeo de un presentador mayor de radio que rompía en directo un disco de Elvis Presley diciendo «nosotros nunca pondremos esta mierda en nuestra emisora».

      De todas las formas, Internet lo va a cambiar todo: las editoriales, casas discográficas… eran (y aún son) el único criterio de autoridad (fundado o no) del gusto cultural. Eso está cambiando. Cada vez más se va a saber quién conoce y quién solo ha medrado. Yo, por ejemplo, ya no hago caso de lo que publicitan los sellos discográficos. Entro en blogs de gente que conoce mejor el terreno. Y, sinceramente, los discos que escucho desde entonces son mejores. Con respecto a los premios editoriales, llevo dos años comprándome un libro relacionado con el Premio Anagrama. Y no es ni el ganador ni el finalista, sino ese otro que el jurado ha mencionado como interesante.

      Unos cuantos se van a tener que poner las pilas. Y es democracia.

    • elsaaguiar said

      Hola, Gustavo:
      Yo no he inventado los premios literarios que tú llamas «comerciales» (o sea, los que publican lo que premian). Pero sí es parte de mi trabajo dar continuidad a dos de ellos, tarea que hago lo mejor que puedo, igual que tú la tuya.
      Si quieres mi opinión personal (y solo es eso, una opinión personal), creo que es bueno que una editorial reinvierta parte de sus beneficios en premiar el buen trabajo de autores tanto consagrados como noveles. Si me preguntas si creo que la existencia de estos premios es beneficiosa o perjudicial para el mundo de la creación, te diré que no tengo duda de que estamos mejor con estos premios que sin ellos.
      Sin duda, se puede llegar a reconocer el estilo de un autor. De hecho, puede ocurrir a menudo. Y aún así, de las (como poco) once veces que se ha presentado un autor como Jordi Sierra, en diez de esas once ocasiones, aún pudiéndosele haber reconocido, no solo no se le ha premiado, sino que el premio se lo ha llevado otro autor, en ocasiones novel. Y eso, no como resultado de un cálculo deliberado, sino porque el jurado ha considerado que ese año, sencillamente, la mejor obra era otra. Creo que esos diez fallos merecerían tanto análisis como éste.
      Lo que sí te puedo decir es que comparto plenamente las decisiones de los jurados en los que he participado, que los fallos se han realizado siempre buscando lo que los miembros del jurado entendían honestamente como «calidad literaria», y que año tras año, el prestigio de estos premios se ve sancionado por dos jurados muy exigentes: el de los autores que se presentan a ellos, y el del público que los lee (sin lo cual no se podrían seguir convocando).
      Sobre si las editoriales se sienten capacitadas para convocar premios… no puedo hablar por ellas (no soy una editorial, sino una simple editora). Probablemente, los editores no nos sentimos ni mucho más ni mucho menos capacitados para hacer nuestro trabajo, de lo que los críticos os sentís para hacer el vuestro. ¿Es ético, procedente, justo, que las editoriales convoquen premios? En mi opinión, por supuesto que sí, siempre y cuando las bases sean claras y el que se presente sepa a qué se presenta. Tal como yo lo veo, los que definen el objeto de un premio (incluyendo un concepto de tan problemática objetivación como es la «calidad literaria») son los que redactan sus bases, los que lo fallan, y los que, conociendo las bases y el histórico de fallos, sancionan el premio presentándose a él un año, y otro año, y otro año. Tanto si es un premio literario como si es un premio a la mejor tortilla de patatas. Fuera de eso, opinar sobre cuál ha de ser el propósito de un premio no deja de ser opinar. Que pensándolo bien, es algo a lo cual un crítico tiene todo el derecho 🙂

  24. Marta said

    Elsa, tengo una duda, y no mencionaste nada cuando diste consejos para presentarse a certámenes… ¿sería interesante que nuestras novelas pasaran antes de enviarse a las editoriales por un corrector profesional? ¿o confiamos en que los editores saben ver el potencial de una obra que tiene cuestiones de estilo por pulir?
    Gracias y un abrazo.

    • elsaaguiar said

      Hola, Marta:
      Una novela es argumento y estilo. Y hay mucha gente que dice que argumentos, en el fondo, no hay más de una docena. Así que el estilo sí importa. Cada uno tiene que decidir si él mismo es suficientemente exigente a la hora de corregir su propio texto o si necesita una ayuda externa. ¡Suerte!

  25. Marta said

    Gracias.

    Me parece un buen punto de reflexión lo de que en el fondo hay pocos argumentos. ¡Y pocos temas! Y cuando crees que un asunto está desgastado hasta la saciedad, alguien escribe una obra con una genial vuelta de tuerca en el enfoque, y te descubre que no estaba tan agotado como parecía.

    Si realmente «se desgastasen» los argumentos y las temáticas… ¡Jordi Sierra i Fabra nos habría dejado sin ninguno! Y lo digo con todo mi cariño, es un escritor que me encanta.

  26. Adriana Maga said

    Lo que me parece contradictorio, es… Porque en un concurso de literatura infantil, el equipo de jurados son adultos?, traigo a colacion lo que les preguntaron a los nietos de Tolstoi(Gran Escritor Ruso) que si les gustaban los cuentos de su abuelo y contestaron a coro pues…(dubitativos) si pero nos gustan mas los cuentos de nuestra Nana.
    A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar…

  27. Laurisilva said

    La cuestión no es por qué ganan escritores consagrados este tipo de premios, ya que es evidente que por experiencia y bagaje sus obras generalmente estarán mejor escritas y estructuradas.

    La verdadera pregunta es ¿por qué se presentan? Estoy segura de que varias editoriales se disputarían gustosas los derechos de la próxima novela del señor Sierra i Fabra. ¿No deberían los escritores con decenas de publicaciones a sus espaldad dejar esta oportunidad a los amateurs que quieren darse a conocer en el mundo literario?

    Un saludo.

  28. […] la presunta injusticia de que el premio sea para un autor “profesional”. Pero como hace tiempo ya expuse mi opinión al respecto, me limito a recordar que el año pasado ganaron los premios El Barco de Vapor  y Gran […]

  29. Lucía said

    Estimada Elsa:
    Como otras muchas personas, mandé mi manuscrito a esta edición del Gran Angular. Era consciente de que apenas tenía posibilidades de ganar, puesto que «competía» con autores profesionales, pero quise intentarlo con la esperanza de que mi historia fuese leída y de que tal vez gustara a alguien.
    La resolución me cogió por sorpresa. ¿Desierto?
    A mi parecer, duele más que el premio quede desierto a que lo gane un escritor reconocido, puesto que no te queda ni tan solo la pequeña ilusión de que había otro mejor. El único mensaje que puedo extraer de todo esto es que mi historia «no valía».
    Ya que tú has formado parte del jurado de este premio, ¿tienes algún consejo que darme tras la lectura de las obras que participaron?
    En la entrega de los premios decíais que no cumplían los tres requisitos (calidad escritora, buena historia y público meta), pero esa explicación es tan escueta si se tienen en cuenta todas las ilusiones que hay tras cada novela…
    Gracias por tu atención.

    • elsaaguiar said

      Hola, Lucía. Discúlpame, te contesté en su momento, pero ahora veo que la respuesta se perdió. Te decía que, efectivamente, en el jurado se comentó ese aspecto que tú señalas, el de que declararlo desierto iba a ser motivo de desilusión para muchas personas que habían dedicado mucho tiempo y trabajo. Pero a la vez, cuesta mucho dar un premio de la categoría de el Gran Angular a una obra que no reúne todas las características requeridas. El problema es que había manuscritos muy bien escritos; manuscritos con historias muy interesantes, manuscritos que podrían gustar al público… Pero no encontramos ninguno que reuniese todo eso en una sola obra. ¿Quiere eso decir que lo que se presentó, » no valía»? No, sin duda no. Más bien significa que había historias que necesitaban una revisión de la estructura narrativa, o del estilo literario, otras a las que quizá les hacía falta mayor adecuación del lenguaje al público lector… En fin, que las cosas no son blancas o negras, no se trata de un «vale» o » no vale». Y sobre todo, y los jurados siempre insisten en ello, al final las decisiones de un jurado son necesariamente subjetivas: probablemente otro jurado en otras circunstancias habría podido tomar otra decisión. Lo verdaderamente importante es que si tú crees en tu obra no dejes de trabajarla, de pulirla, de mejorarla ni de luchar por ella. Que la historia está llena de grandes éxitos que recibieron muchos rechazos. Mucho ánimo y mucha suerte. Un abrazo

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